Pujato como testigo

Scaloni y Fagiani un abrazo del alma

Scaloni y Fagiani un abrazo del alma

Un camino que empezó juntos y los encontró en la puerta de Scaloni como campeón del mundo fundidos en un abrazo con la soledad de la hora de la siesta del pueblo que los vio nacer.
Un camino que empezó juntos y los encontró en la puerta de Scaloni como campeón del mundo fundidos en un abrazo con la soledad de la hora de la siesta del pueblo que los vio nacer.

La anécdota fue contada por Daniel “El Indio” Fagiani en el streaming de EPA News en el programa Historias por Dentro que conduce el periodista deportivo y relator Julian Bricco.

El Indio contó que se había enterado que el papá de Lio Scaloni no estaba pasando un buen momento y decidió pasar por la casa paterna del campeón del mundo para ver si por casualidad se encontraba con el papá para agradecerle todos los años de acompañamiento cuando eran dos pibes que entrenaban en las inferiores de Newell´s.

En lugar de encontrar al padre “El Indio” se encontró con Lio, sorprendido el campeón del mundo abraza a su compañero de inferiores y ve que en la camioneta de “El Indio” estaban sus hijos, cuando les consulta por ellos para hacer una foto Fagiani le explica que sus dos hijos no lo conocen por su condición especial. Scaloni se fundió en un abrazo “se larga a llorar como una criatura, yo lo abrazo tranquilo. Leo, no pasa nada”, contó Fagiani, quien consoló a su amigo mientras recordaba el pasado compartido. “Tengo al técnico campeón del mundo llorando como un bebé en los brazos míos”, pensó Fagiani, una imagen poderosa que lo transportó a sus inicios juntos.

Ambos futbolistas recordaron aquellos días en que, siendo “los locos del pueblo”, recorrían 40 kilómetros para entrenar en Newell’s Old Boys. Eran tiempos de esfuerzo y soledad, de sueños compartidos y dificultades superadas. “Esas situación, los dos siendo los locos del pueblo yendo a entrenar a Newell’s”, reflexionó Fagiani, mostrando cómo los caminos de la vida los habían llevado a lugares diferentes pero unidos por un lazo indestructible.

Scaloni, quien tenía que partir rápidamente hacia Buenos Aires, le preguntó a Fagiani sobre quiénes estaban en el auto. “Tengo a mis chicos”, respondió el Indio, explicando que sus hijos no conocían a Scaloni debido a sus condiciones especiales. La reacción del técnico fue de una humanidad desbordante. “No me diga, no me puede ser”, expresó Scaloni, afectado por la situación personal de su amigo.

En la historia de Pujato, el abrazo entre Daniel Fagiani y Lionel Scaloni quedará como un símbolo de la amistad y la perseverancia. Dos hombres que, desde un pequeño pueblo, llegaron a los más altos niveles del fútbol mundial, sin olvidar jamás sus raíces y los valores que los formaron.

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