El sistema de emergencias 107 en el Cordón Industrial está atravesando un momento de plena emergencia, habida cuenta que los móviles ambulatorios no están utilizables.
La ambulancia con epicentro en San Lorenzo hace alrededor de 20 días que fue enviada a un taller para que sea reparada, y aún está ahí.
El coche que hace igual tarea en Capitán Bermúdez no tiene aire acondicionado, la compuerta lateral no abre y el chasis está en muy malas condiciones. “Para subirste hay que ponerse antes la anti tetánica”, suelen bromear los choferes y enfermeros.
Parece mentira, pero es real.
En un año como el que terminó, e incluso el que acaba de comenzar atravesado por la pandemia de coronavirus y la enorme logística apostada en el área salud que diseñó el gobierno provincial, dejar de lado el sistema de atenciones y traslados ambulatorios responde a una falta de atención absoluta.
Sea por omisión o impericia, la irresponsabilidad del o los funcionarios a cargo es absoluta.
Incluso existe un área específica en la gigantesca maraña burocrática de los estamentos estatales, para el caso el Ministerio de Salud de la Provincia, y es la Subsecretaría de Emergencias y Traslados del Ministerio de Salud de la Provincia, que a su vez dispone de un comité de Higiene y Seguridad del Sistema Integrado de Emergencias Sanitarias (SIES), con funcionarios responsables rentados.
Los gremios UPCN y ATE advirtieron de esta precaria situación.
Entre estas cuatro localidades, que de agregarse algunas otras como Ricardone, Aldao y Timbúes, da como resultado un conglomerado de unos 150.000 habitantes, hoy cubiertos con el funcionamiento de media ambulancia.
Un papelón. Y una gran indignación por la depreciación, impericia y hasta desprecio de los funcionarios a cargo del área.