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Perotti junta 700 funcionarios para armar “call center de campaña” quiere ganar

La cita es en el gremio de Empleados de Comercios, un sindicato que viene jugando muy fuerte en el armado territorial y financiero del gobernador para consolidar una fuerza en Santa Fe más allá del 10 de diciembre. ¿Lo lograran?

Unos 700 funcionarios del gabinete provincial con celulares con crédito y cargadores a mano. Ese será el ejército que este sábado a la tarde reunirá el gobernador Omar Perotti en un camping de un gremio de Santa Fe para intentar dar vuelta la elección en la que el peronismo salió segundo, o al menos descontar las amplias ventajas que el frente opositor le sacó en las PASO.

Parece una acción atípica, escindida de cualquier campaña tradicional, pero tiene un antecedente: en la ciudad de Córdoba sirvió para revertir un resultado electoral que se insinuaba contrario para el peronismo y finalmente le permitió ganar a su candidato a intendente, cuando todas las encuestas lo daban victorioso al opositor Rodrigo de Loredo (JxC), que terminó perdiendo por 7 puntos.

En Santa Fe el armado aparenta ser más prolijo, ya que en Córdoba se armó en plena veda electoral. Peor aún: se hizo un día antes de la elección general que consagró finalmente intendente cordobés a Daniel Passerini, el sucesor de quien ya había sido electo gobernador Martín Llaryora.

En Córdoba cuentan que se trató de “un invento de Llaryora”, que a la vez confió a sus allegados que la idea no se le ocurrió espontáneamente, sino que la tomó de una película, donde vio un procedimiento similar para una elección.

El futuro gobernador cordobés le dio su propia impronta personal al operativo, y con los resultados puestos asegura estar convencido que fue eso y no otra cosa lo que dio vuelta la elección en la capital mediterránea.

Seguir, una motivación fuerte


Llaryora juntó en julio en un estadio a 500 funcionarios provinciales y otros 500 municipales. Y a todos les bajó un discurso durísimo. También les dio instrucciones claras de qué decir, y les pidió que se concentraran en hablar con los contactos que tenían, sobre todo en el sector de clase media alta.

Cuentan que esa tarde cada uno de los asistentes hizo unos cien llamados, a personas que conocían y a todos los contactos del sector privado que tenían por temas de gestión.

En esas comunicaciones directamente les pedían el voto y que además hablen con sus familias porque, les advertían, “podían perder mucho si el peronismo no ganaba la elección”

En Córdoba no sólo se incluyó en esta movida al gabinete provincial sino también a toda la estructura de gobierno municipal, en manos del mismo partido político. Y sumaron también a los empleados contratados, a quienes instaron a subir fotos del encuentro y de las bondades de la gestión en sus cuentas en redes sociales.

Pero no fue la única acción. Tampoco descuidaron el resto de los frentes. Hubo lo que en la provincia se describió como una impresionante campaña publicitaria, y un esquema de movilización para acercar a la gente a votar.


Caminando y hablando, casa por casa


Antes, durante tres semanas, el propio Llaryora comandó un esquema de visitas casa por casa y llamados personales con mensajes directos, y se dedicó exclusivamente a revertir la derrota que le vaticinaban en la elección municipal.

Durante el encuentro, similar al que se realizará este sábado en Santa Fe, el propio gobernador electo se encargó de dar las indicaciones de qué se debía decir en cada comunicación, y después, al final de la jornada, cada funcionario tenía que pasar un listado con el nombre de las personas con las que había hablado.

Durante las “charlas motivacionales” hubo primero un fuerte reproche a los “funcionarios aburguesados” que estaban desde hace años en el poder cordobés. El gobernador ya electo les exigió sin ambigüedades que “muevan el traste” si querían seguir. Y que salgan a defender la gestión.

Después del triunfo, no hay nadie que dude que se trató de una verdadera proeza electoral y que la elección se ganó “caminando y hablando”. Fue una campaña similar a la que se hace en los pueblos y ciudades del interior.

Este sábado en Santa Fe, en el camping del sindicato de Empleados de Comercio, fueron convocados todos los miembros del gabinete, desde ministros y secretarios a directores y subdirectores; en suma, todos los que ostentan algún cargo político.

El plan parece ser una copia del de Córdoba: se utilizarán bases de datos y las agendas de cada teléfono personal. Si se repite la experiencia cordobesa, hasta el 10 de setiembre debería haber un operativo de golpear puertas en el interior de la provincia, y en simultáneo el resto de las acciones de campaña tradicionales, como actos y estrategias publicitarias.

Pero el primer paso será que casi un millar de funcionarios dediquen varias horas in situ a cumplir este sábado con el esquema de llamadas telefónicas, que en Córdoba tuvo un control cruzado. Allá se conformaron 25 grupos de 35 personas, y cada una debía llamar a cien para pedir el voto, resaltar los logros de la gestión y tratar de convencer a los que no fueron a votar, que en Santa Fe también fueron un buen porcentaje que se podrían volcar a las urnas en setiembre.

Entre las comidillas de esta acción que se cuentan en Córdoba, relatan que el propio gobernador llamó a más de cien y dejó de hacerlo cuando un empresario le dijo que ya lo habían llamado seis veces.

En Santa Fe en principio hay varias diferencias. Una que no es menor es que si bien se supone que el gabinete pedirá el voto para todos los cargos electivos donde esté un candidato del frente peronista “Juntos”, el acento del gobernador parece estar en su candidatura a diputado provincial.

Al menos eso se desprende de la ausencia que tendrá en el encuentro el candidato a gobernador del espacio Marcelo Lewandowski, que por no ser parte del gabinete no fue invitado y seguirá por su lado y en paralelo con otras acciones de campaña. “Es una reunión interna de funcionarios. No tengo idea cuál es la finalidad porque no me consultaron”, contestó el senador nacional.

 

Fuente: Suma Política


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